Tips y consejos de belleza

Unas piernas o unos brazos bronceados son sin duda un buen premio al final del verano. Pero qué poco dura si no sabes conservarlo... 

Además, el sol también puede haber causado sequedad, acumulación de células muertas y rojeces. Para recuperar la piel de los efectos del verano, toma nota.

Cómo: con una crema con microgránulos, aunque si tienes la piel sensible es mejor que uses una exfoliante con enzimas (de piña o papaya). En las zonas más rugosas como los codos, las rodillas y los talones, usa además el guante de crin. Los dos tipos de cremas exfoliantes retiran las células muertas que dan un aspecto apagado a la piel, logrando un bronceado uniforme y más luminoso.

Cuándo: El mejor momento para exfoliar la piel es durante la ducha porque las células muertas se desprenden fácilmente. Hazlo 1 vez a la semana y antes de aplicarla autobronceadora y además... En la higiene diaria, usa un aceite de ducha en lugar del gel de baño habitual. Limpian con suavidad al tiempo que hidratan y nutren, por lo que no alteran la barrera cutánea ni resecan la piel.

Segundo: Calma las rojeces

Cómo: uno de los efectos más visibles de la sobreex-posición al sol es el enrojecimiento de las zonas más sensibles como los hombros y el pecho. Si te has quemado y notas la piel tirante recurre al gel de áloe vera y al aftersun. Aplícalos tantas veces como los necesites porque son auténticos tratamientos de reparación de la piel expuesta al sol.

Cuándo: Varias veces al día, cuando notes que la piel te arde. Sé generosa en la cantidad para que quede empapada del producto y además... No te depiles o apliques productos con alcohol (colonia o gel anti-celulítico) en las zonas enrojecidas.

Tercero: Hidrata a fondo

Una vez que la piel se ha recuperado del enrojecimiento, es el momento de combatir la sequedad y la falta de elasticidad. Aplica en todo el cuerpo y a diario una hidratante corporal (con glicerina o urea) para que el agua quede retenida en el interior de la epidermis.

Cuándo: 1 vez al día o 2 veces si está descamada. Insiste en los antebrazos, rodillas, tobillos y pies.