Tips y consejos de belleza

Aunque el nombre nos parezca relacionado con los nuevos tratamientos de belleza como el botox, en realidad el ácido hialurónico se encuentra de forma natural en nuestra piel. 

Este ácido está compuesto por moléculas que atraen grandes cantidades de sodio y agua del medio extracelular.  Por esa razón, es el responsable por la capacidad de hidratación que tiene la dermis, y está relacionada directamente con la elasticidad de la piel.

Sin embargo, con el pasar de los años, el ácido hialurónico se va desgastando, y es, en ese momento, cuando empiezan a apreciarse surcos en el rostro, bien sea en la frente, el entrecejo, el mentón o la zona orbitaria, e incluso se acentúa lo que se conoce como surco nasogeniano que es aquella línea que abarca desde la nariz hasta el labio superior, y que separa la boca de las mejillas.

Este ácido se aplica en esas zonas donde se ha presentado desgaste para que funcione como una esponja, que absorba y retenga las moléculas de agua para dar volumen a la cara y levantar o "rellenar" las arrugas. 

Una vez colocado, este ácido se metaboliza progresivamente por el organismo con unos tiempos variables, según la zona tratada y el tipo de preparación que se decida emplear.

Sin embargo, las áreas de la piel ubicada debajo de los ojos requieren de mayor cuidado al momento de aplicarlo. Una alternativa es la de las microcánulas de última generación, procedimiento aprobado por la FDA que permite colocar las inyecciones faciales sin anestesia local. Su punta no rompe la piel ni los tejidos subyacentes y permite que la infiltración tenga unos niveles muy bajos de dolor.

A diferencia de las puntas afiladas, la microcánula se desliza a través de las distintas capas del tejido sin producir lesiones, ni cortar vasos sanguíneos. El tratamiento evita los hematomas, es totalmente indoloro y no deja huellas visibles.