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viernes, 6 de enero de 2012

Conoce los efectos del invierno según tu tipo de piel y qué se puede hacer al respecto

El invierno es una estación difícil para todos los tipos de piel.  Para poder contrarrestar sus efectos negativos, es importante conocer cómo afecta a cada piel  A continuación se presenta un descripción al respecto:

Las píeles secas se caracterizan por un aspecto mate y falto de luminosidad. Es una piel fina y ajada, de tacto rugoso y sensación de tirantez. Estas pieles son muy sensibles a las agresiones externas y en invierno se resecan aún más y se enrojecen. Asimismo, tienen una fuerte tendencia al envejecimiento. Las pieles maduras están dentro de esta categoría.

Las pieles normales se caracterizan por ser firmes, luminosas y sin arrugas. La tarea a abordar en ese caso es restablecer el equilibrio, dado que posiblemente el frío las reseca un poco.

Las pieles grasas tienen textura irregular y suelen verse brillantes, con puntos negros y poros dilatados. Durante el invierno, el viento acarrea partículas que se pegan sobre la piel grasa, empeorando su condición. En este caso, debe mantenerse la limpieza diaria.

Las pieles sensibles presentan, por efecto de condiciones climáticas adversas, enrojecimiento. Es preciso protegerlas tanto del viento como del frío.

Las pieles mixtas poseen un aspecto mate en las mejillas y brillante en la frente, la nariz y el mentón, la "zona T". Suelen resecarse con el invierno y tornarse grasas en verano.

Una vez que realizamos el diagnóstico de nuestra piel y podemos determinar cómo se encuentra en este momento, podemos establecer qué acciones emprender para recuperar el equilibrio perdido.

La exfoliación será de utilidad para remover las células muertas, estimular la circulación, afinar y suavizar la piel.  Las zonas adecuadas para realizar la exfoliación son las piernas, el cuello, los codos y las rodillas. 

Por otra parte, cuando exfoliamos el rostro debemos evitar tocar el contorno de los ojos dado que su piel es muy fina. La hidratación nos permitirá restablecer el aspecto luminoso y sano del cutis y del cuerpo. Esto es recomendable hacerlo luego de la exfoliación.

Consejo:
La frecuencia de exfoliación es una vez por semana.  Después de la exfoliación, espere algunos minutos antes de ducharse.

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