Tips y consejos de belleza

Si desea tener unas mejillas perfiladas, el secreto está en el colorete y en la forma de su aplicación.

Tanto si es en crema o en polvo, el efecto que crea debe parecer lo más natural posible, a menos, claro está, que quiera ir a la última moda.

Con cualquier producto cosmético, la elección entre las distintas fórmulas es cuestión de preferencia personal. Los coloretes en crema o gel se funden en la piel y son fáciles de aplicar, mientras que los de polvo se pueden aplicar espolvoreando con mucha rapidez.

Para encontrar el tono de colorete que más le favorezca, es necesario pellizcarse las mejillas, ver el color resultante de esta acción e intentar encontrar uno que haga juego.

No hace falta invertir en una multitud de coloretes; puede comprar un solo tono que combine con cualquier tipo de maquillaje.

Siempre debe ser de último y se deberá añadir la cantidad correcta para equilibrar el aspecto general.

Una manera rápida y precisa para una correcta aplicación es sonreír cuando se pone colorete. En otras palabras, en área en que aparece el color cuando se sonroja de manera natural es donde debe aplicarse el colorete.

Sí realiza movimientos circulares podrá crear un efecto de mejillas sonrosadas. Evite resaltar los mofletes si tiene la cara especialmente redonda porque se acentuará más la forma. Para esculpir suavemente los pómulos, aplique de nuevo colorete en pequeños movimientos circulares, esta vez trabajando el pómulo hacia abajo. Esto evitará que se vean desagradables tiras de color.

Para dar a la piel de las mejillas un acabado suave y sin poros, mueva la brocha con el colorete hacia abajo, ya que, de esta manera, no corre el riesgo de que entren pigmentos en los poros, y con ello se verán más los que estén abiertos.

Empiece siempre a aplicar el color desde la parte superior de las mejillas y siga hacia abajo. De este modo, el tono se desvanecerá gradualmente y el resultado final será la cantidad correcta de colorete en el área adecuada.

Recuerde aplicar el colorete como toque final para el maquillaje. El tono no tiene por qué hacer juego con el de los labios y el de los ojos, pero sí debe ser de la misma gama de color, de otro modo puede desequilibrar el rostro.

Por ejemplo, no favorece nada llevar uno naranja con una pintura de labios roja, a menos que quiera llamar la atención. En lugar de colorete puede utilizar polvos faciales de un tono más oscuro de lo habitual. Los que emplean las mujeres latinas o las de color son estupendos como colorete para pieles pálidas y de tono medio.

Si una vez aplicado el colorete, le parece que queda demasiado oscuro para armonizar con el resto de maquillaje, lo puede retirar con una borla de terciopelo y polvos traslúcidos o presionar una esponja cosmética húmeda sobre la piel para despegar el color.

Para asegurarse de que no tiene este problema, aplique el color en las mejillas muy ligeramente: recuerde que es mejor añadir el color gradualmente que hacer una sola aplicación gruesa.