Tips y consejos de belleza

La piel normal

El aspecto más importante del cuidado de la piel normal es la prontitud en mantenerla en ese estado; es decir, ¡cuidarla, cuidarla y cuidarla! Un programa para este tipo de piel no debería eliminar la humedad ni los aceites naturales, ni debería poner en peligro de ninguna manera su capa protectora.

El aspecto apagado -a veces escamoso- y la sensación de aspereza, tirantez y posiblemente de irritación son característicos de la piel seca. Este tipo de piel necesita humedad o grasa para mantenerse flexible y sana. 

Las cremas hidratantes humectantes (que son capaces de atraer y retener la humedad) y emolientes (que son capaces de inhibir la pérdida de humedad y, por tanto, tienen un efecto suavizante) son las más efectivas para humedecer la capa exterior de la epidermis.

He aquí algunas sugerencias para tratar y nutrir la piel seca de la mejor forma:

• Deja de utilizar jabones y desodorantes bactericidas; resecan y desequilibran la flora de la piel. Además, las investigaciones han descubierto que la utilización continuada de estos jabones está ayudando a crear nuevas formas de bacterias resistentes a los antibióticos.

• Cuando te bañes reduce el tiempo que pasas bajo el agua, utilízala tibia o templada, y elimina todas las cremas limpiadoras. Por la mañana, rocíate la cara con agua fría (preferiblemente agua filtrada) y, a continuación, aplícate un tónico suave y una crema hidratante.

• Utiliza toallas orgánicas (hechas 100 % de algodón cultivado biológicamente) y ropa de baño suave al tacto. Mientras te secas, ve dándote palmadas con la toalla hasta que la piel apenas quede húmeda y después aplícate una crema hidratante. El hecho de aplicar la crema hidratante sobre la piel húmeda sirve para retener y conservar una humedad mayor.

• Bebe infusión de bardana para limpiar la sangre. Endulza la infusión con un poco de raíz de regaliz o edulcorante natural extraído del arbusto Stevia rebaudiana. Hazlo varias veces al día durante una semana y repítelo cada pocos meses. Esta práctica va particularmente bien para la circulación sanguínea (limpia y desintoxica la sangre), y todo lo que se haga por ella ayuda a proporcionar más nutrientes para tu piel.